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viernes, 8 de enero de 2021

Antropología

 




Fundamentos de antropología. Ed Eunsa. Ricardo Yepes y Javier Araguren

 

El profesor de filosofía de la Universidad de Navarra Ricardo Yepes Stork recogió en esta obra los mejores hallazgos de la antropología, esa ciencia que estudia qué es el hombre y el sentido de sus construcciones culturales a lo largo de la historia.

 

Se trata de un valioso conjunto de reflexiones acerca de quiénes somos, cómo nos manifestamos, qué es lo que nos mueve a actuar, qué relación tiene con la verdad y el bien. El significado de las emociones, su papel en nuestra conducta; los valores, cómo se construye el sentido ético, qué es la virtud y cómo se adquiere.  Por qué nos atraen la verdad, el bien y la belleza, en qué consiste la felicidad, qué sentido tiene el dolor, y el amor. Cuál es nuestro destino y por qué la respuesta a esa pregunta determina profundamente la calidad de nuestra vida moral. En qué consiste la realización personal plena…

 

Las respuestas a esas preguntas, que de un modo u otro toda persona se hace en algún momento de su vida, marcan nuestra trayectoria vital. Son preguntas necesarias, sobre las que no todos los pensadores reflexionan y responden con la claridad y acierto que vemos en este libro.

 

Yepes Stork falleció tempranamente en accidente de montaña, y el libro –ya casi terminado- fue completado por su colega y colaborador Javier Aranguren. Dejó escritos varios libros muy interesantes para padres y educadores, como el que lleva el significativo título de Entender el mundo de hoy.

 

Anoto algunas ideas que pueden servir de referencia para hacerse cargo del rico contenido de este libro, cuya lectura resulta  agradable y accesible. 


Ética es la educación de los sentimientos

Los sentimientos, aunque irracionales en su origen, son armonizables con la razón: la sofrosine, que significa moderación, es la virtud que los domina. Son buenos, porque refuerzan las tendencias, pero no deben tenerse como norma exclusiva de conducta.

Quien disfruta con lo que hace, y lo hace ver, se convierte en alguien atractivo, porque consigue que su vida tenga una unidad muy plena: lo que quiere mi corazón lo quiere mi cuerpo, mi cabeza, todo mi yo. En cambio, la indiferencia provoca la muerte de lo vivo. Meter pasión a las cosas es llenarlas de sentido.

¿Por qué a veces nos sentimos frustrados? El origen de las frustraciones es el engaño en el conocimiento de la realidad sobre uno mismo y sobre las personas que trata: no saber apreciar los propios límites, conocer sólo epidérmicamente a los otros y esperar por tanto de ellos mucho más o mucho menos de lo que pueden dar…

Tiene que haber una proporción entre los sentimientos (por ejemplo, esas valoraciones inmediatas que nos producen las personas) y la realidad. El sentimentalismo no es una postura prudente, porque el dominio sobre los sentimientos no está asegurado. No debemos subordinar los juicios a las impresiones. (Es muy interesante lo que aporta en este punto la obra de Daniel Goleman Inteligencia social, sobre los descubrimientos de la neurociencia en relación con los mecanismos de transmisión de los estados de ánimo y las falsas percepciones.)

La ética consiste en tener los sentimientos adecuados respecto de los objetos, con la intensidad y el modo adecuado, sin defecto ni exceso. Cobardía es miedo excesivo, que paraliza. Temeridad es no temer lo que se debe temer, inconsciencia. Valentía es el punto medio: temer lo que se debe, cuando se debe, con la intensidad que se debe. 

La ética es el modo de equilibrar las tendencias humanas para armonizarlas, conseguir el término medio (mediante la educación de los sentimientos, que eso es la ética) con el que los sentimientos entran en armonía con las tendencias, y las refuerzan haciendo que la conducta humana se vuelva hermosa, bella.


La persona y su intimidad

Son muy significativas las notas que nos definen como persona, y entre ellas el valor que otorga a la intimidad, determinante para la cultura, y dentro de ella para esa manifestación de cultura que es la moda.  

Yepes destaca seis notas características de la persona:

-intimidad: un mundo interior creciente y creativo;

-capacidad de manifestar la intimidad, de sacar fuerza del interior;

-libertad: la persona es dueña de su intimidad y de su capacidad de manifestarla;

-capacidad de dar de lo suyo: por ejemplo, al amar, que es el regalo esencial;

-capacidad de recibir, de aceptar en su intimidad lo que otros le dan;

-capacidad de dialogar con otra intimidad: una persona sola no puede ni manifestarse, ni dar, ni dialogar: se frustraría.


 Moda y cultura

La moda, como la propia cultura, es la manifestación en sociedad de la persona. La intimidad, esa nota peculiar que nos define como personas, se exterioriza y manifiesta a través del cuerpo, como también del lenguaje y de la acción. Manifestar o exteriorizar el cuerpo es manifestar lo íntimo, ese mundo interior del que somos dueños, y por eso la persona viste según las circunstancias, porque exteriorizarlo totalmente y en cualquier momento significaría desposeerse de un elemento esencial de su intimidad, que sólo comparte al amar. 




En la moda, especialmente el rostro manifiesta externamente a la persona. Al vestirme, me distingo de los otros, dejo claro que soy yo, me defiendo del anonimato. El estilo es un reflejo de la personalidad.

 

El sentido del trabajo universitario

Yepes, formado en un centro académico de honda raigambre como es la Universidad de Navarra, que busca profundizar en la colaboración interdisciplinar de todas las áreas del saber, reflexiona también sobre el sentido del trabajo universitario.

 

Universidad, dice, es una comunidad de diálogo entre maestros y discípulos. Se supone que a la universidad le corresponde la visión global de la ciencia, pero hoy ha perdido en muchos sitios su “humanismo”, que es precisamente ese saber unitario que permite la visión de conjunto de todos los valores y armonizarlos entre sí.


 Hábitos, virtudes y vicios

Persona es un ser capaz de tener, de decir “mío”. Puede tener a través del cuerpo o de la inteligencia, y si llega a ser una posesión más permanente y estable posee hábitos, tendencias adquiridas que refuerzan su conducta. 

Los hábitos pueden ser técnicos, intelectuales o del carácter. Parte de los hábitos del carácter se refieren al dominio de los sentimientos, y son positivos o negativos, según ayuden o no a esa armonía. La ética los estudia, y llama a los positivos virtudes y a los negativos vicios.

       Los hábitos se adquieren con la práctica, y modifican al sujeto que los adquiere haciéndole ser de un determinado modo. Hacer actos valientes es el modo de llegar a ser valiente, como hacer chapuzas o injusticias de llegar a ser chapucero o injusto.

Lo natural en el hombre es el desarrollo de sus capacidades, llegar a ser aquello a lo que desde el inicio de su existir está llamado. El hombre sólo es él mismo cuando va más allá de lo que es de hecho: el hombre supera infinitamente al hombre (Pascal),


Ética, libertad y escepticismo


Ética es el modo de usar el propio tiempo según el cual el hombre crece como un ser completo. Es el criterio de uso de la libertad, que debe elegir aquello que contribuya a los fines y tendencias naturales. La naturaleza humana se desarrolla y perfecciona mediante decisiones libres. El hombre o es ético o no es hombre.

Contar historias tiene una influencia mayor que los discursos teóricos: el cuento de una madre a sus hijos, una novela, una película… crean modelos de conducta narrando hazañas de héroes y santos.

El escepticismo nos hace daño porque nos deja en la indeterminación sobre la verdad o la mentira, y nos impide alcanzar la perfección. Contra lo que dice el escepticismo, es posible alcanzar la verdad, pero se requieren algunos pasos para estar en condiciones de aceptarla: 

       -conciencia de que no se sabe;

       -superar prejuicios (inducidos normalmente por otros);

-cultivar la atención, la observación atenta de la realidad;

       -saber escuchar;

-aceptar la verdad y encararla;

       -guardarla en la intimidad, de manera que genere convicción.

 

Libertad es la adecuada gestión de las ganas: unas veces habrá que seguirlas, y otras no. A veces las ganas nos incitan hacia lo que nos perjudica, y el acto de libertad no es seguirlas, sino refrenarlas. Como en ocasiones sentimos pocas ganas de intentar un bien arduo, y la libertad consiste en afrontar el bien a pesar del esfuerzo que supone.

Tolerancia. Libertad y autoridad son necesarias. El uso responsable de la libertad obliga a preocuparse de que la educación transmita valores morales, y no sólo contenidos neutros (lo que no sería una postura neutral).



Amor y felicidad

El amor no es un sentimiento. El sentimiento es algo que nos pasa, agradable si está, pero no necesario. Se ama porque se quiere: la voluntad quiere querer. Sentir no es querer.

Lo amado es bello para el amante, y despierta el deseo de reproducirlo en su belleza. El amor se manifiesta en gestos, obras, conductas: si no, hay que dudar de que sea amor, porque ya no engendra belleza. (Esto es aplicable a la fraternidad).

La felicidad va unida al nombre propio de uno y a los lazos que sabe crear desde la propia intimidad personal.

El amor dádiva, que se da, no es el "amor de necesidad", ese que sólo busca recibir: amar sin dar es empobrecerse.



 Arte de gobernar

El arte de gobierno requiere formación para lograr una excelencia cuádruple:

-técnica (destreza profesional en el acto de gobernar)

-humana (capacidad de amistad, iniciativa, saber exigir según la capacidad de cada uno)

-moral (se requiere virtud y ejercer con justicia)

-política (prudencia: estar dotado para la correcta toma de decisiones directivas)

Lo público no es lo estatal, lo público se articula mediante iniciativas de los ciudadanos entorno a cuestiones comunes: la salud de un país depende de la vitalidad de su opinión pública y de sus iniciativas privadas, y no de su estado omnipresente. 

La democracia es un ideal más exigente y maduro que otras formas de gobierno, porque el uso de la libertad requiere cierta excelencia moral, política y cultural.

La moral es lo que de divino hay en el hombre. La moral no es una cárcel, sino al contrario, lo que permite al hombre elevarse a lo más alto de su dignidad. Suprimir la moral en la sociedad es cortar sus raíces, dejarla sin el porqué del esfuerzo por construirla.

 

      

 

 

lunes, 4 de enero de 2021

Lecturas para entender el mundo

 


Entender el mundo de hoy (II) Ricardo Yepes. Ed Rialp

 

Completo la reseña anterior de este magnífico libro aportando una relación de algunos de los títulos que Ricardo Yepes cita a lo largo de sus páginas.  

 

Son lecturas inspiradoras que. como su propio libro, constituyen una fuente de ideas prácticas para orientar la vida hacia la excelencia: esa excelencia a la que todos, como personas, estamos llamados.

 

La política, como la democracia, no se hace sólo votando, señala Yepes. Política es el compromiso con el bien común de la ciudad y del mundo. Y ese compromiso requiere preparación, una preparación que todo ciudadano debe empeñarse en alcanzar al mayor nivel posible según los alcances de cada cual.

 

No basta con lo aprendido en la escuela, entre otras cosas porque la escuela es objetivo de deterioro y manipulación por parte de poderes que aspiran a constituirse en hegemónicos, a los que no les interesa que los jóvenes se eduquen en el sentido crítico de sus gobernantes y de cuanto les rodea.

 

Hace falta sentido crítico para detectar, por ejemplo, que ciertos ataques a la Iglesia católica “provienen de gente que se fabrica adversarios inexistentes a la medida”: a una medida cómoda para sus ataques. Si no hay razón para combatir a un pacífico y eficiente molino, que sólo trabaja haciendo el bien, convierten al molino en su mente enferma en un malvado gigante, al que es necesario combatir.

 

Hacen falta personas que amen el mundo y a las personas (“Amar es desear el bien para alguien”) y trabajen arduamente para conseguir ese bien.  Un trabajo que debe ir orientado en lo posible a la especialización: no basta saber un poco de muchas cosas. Siendo necesario un mínimo de conocimientos generales, hoy se requiere también ser especialista en alguna de las ramas del saber. “Especialízate –dice Yepes-o no eres nada.”

 

Como señala Yepes, “un hombre es lo que ha vivido y lo que ha leído.” La dedicación a la lectura, y más que a la lectura al estudio de los mejores libros que se hayan escrito, es una obligación para quienes deseen aspirar a lo mejor, a combatir el error y dejar una huella de bien en el mundo. 


Y sin olvidar el cultivo del espíritu: “Hasta el paisaje puede ser más bello cuando el hombre ha pasado por él, porque lo viste con la huella de su espíritu.


                       

  

Estos son algunos de los títulos que menciona Ricardo Yepes. Como toda relación es parcial, pero sin duda son libros que también aportan valor:

 

-Intelectuales, Paul Jhonson.

-Apología de Sócrates (Platón).

-Paideia (W. Jaeger). 

-Cómo tomar decisiones, Peter Kreft.

-El ocio y la vida intelectual, J. Pieper. 

-Violencia y ternura, Rof Carballo: el afecto y la ternura son el ambiente natural en el que el espíritu puede mostrarse.

-Regla Pastoral, Gregorio Magno

-El cierre de la mente moderna (Alan Bloom)

-El Señor de los anillos, J.R.Tolkien

-Tras la virtud, MacIntyre

-Ética a Nicómaco (168)

-Eugenia Ginzburg: Vértigo y  El cielo de Siberia

-Cómo el Papa venció al comunismo, B Lecomte

-El poder de los sin poder. Vaclav Havel.

-La venganza de la Historia, Hermann Tertch


    Sirva esta relación como complemento de la que aporté en otra entrada anterior. 

   
                       

 

 


martes, 20 de marzo de 2012

Entender el mundo de hoy. Ricardo Yepes Storck. Ed Rialp



Fundamentos de Antrpología, otro interesante libro de Ricardo Yepes

    La complejidad del mundo que vivimos exige un esfuerzo de reflexión al que pocos se animan. Parece más cómodo dejarse llevar por la superficialidad imperante, pensar poco, y tratar de vivir lo mejor posible sin complicarse mucho, como si la felicidad consistiera en ausencia de complicaciones. 

    Este libro es para los que aspiran a algo más, para los que se preguntan por el sentido de su vida y no se conforman con respuestas vagas o mediocres.

    Ricardo Yepes fue una de las mejores cabezas de la filosofía y antropología españolas de finales del siglo XX. Joven profesor de universidad, fallecido en accidente de montaña, nos ha dejado una reducida pero valiosísima colección de publicaciones en las que logra ayudarnos a pensar, haciendo sencilla e inteligible la complejidad de nuestro mundo.


    Escrito en la amable forma de cartas a un inquieto estudiante, este libro es un profundo y ameno conjunto de reflexiones sobre el modo en que los hombres tratan de resolver los grandes problemas de la existencia y de la convivencia. El estilo, conciso y directo, es el propio de la sinceridad juvenil.


    A lo largo del texto desgrana lo mejor de los clásicos, que desde siempre se han hecho las mismas preguntas sobre las dimensiones humanas fundamentales: la vida, la felicidad, el amor, la amistad, el bien, el mal, la política, la religión... 

    Y va señalando los puntos de luz o de oscuridad de las ideologías dominantes, dando pautas para que el lector saque sus propias conclusiones prácticas desde la consideración global y coherente de esas dimensiones fundamentales.

    Ricardo Yepes apuesta por la capacidad autocrítica, la interiorización y el cultivo de la propia personalidad, como modo de superar una cultura dominante que tiende a anular el deseo de volar alto, de ideales nobles, que tienen todos los jóvenes, y perdura en lo más recóndito de cada persona hasta el final de sus días. 

    En la novedad de cada persona radica la esperanza de la sociedad. Cada persona posee una capacidad infinita de rebelión frente a culturas que le oprimen tratando de reducirle a cosa : "lo que hay de inédito en el mundo lo aporta la persona, la única fuente de novedades auténticas."

    Pienso que este libro es especialmente necesario para quienes se dedican a la comunicación y quieran hacerlo desde planteamientos plenamente humanos y bien pensados. 

    Es muy útil también para cualquier profesor universitario que aspire a mejorar la coherencia de su discurso, en cualquier materia.

    Aporta además una larga relación de lecturas recomendables, que ciertamente constituirán un bagage intelectual y cultural de primer orden para cuantos los conozcan.