Mostrando entradas con la etiqueta relativismo moral. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta relativismo moral. Mostrar todas las entradas

jueves, 28 de enero de 2021

Lo que no podemos ignorar

 


Lo que no podemos ignorar. Una guía. J. Budziszewski. Ed Rialp

 

¿Qué sabemos acerca de lo bueno y lo malo, cómo conocemos la ley natural, esas verdades morales comunes que todos deberíamos seguir? A esas preguntas necesarias trata de responder el autor en este libro.

 

Profesor de filosofía en la Universidad de Texas y especialista en filosofía política, Budziszewski procede del ateísmo. Su trayectoria intelectual y vital le llevó a la conversión al cristianismo y en el año 2004 fue admitido en la Iglesia Católica. Es autor de numerosos libros de su especialidad y sobre la fe cristiana, dirigidos especialmente a jóvenes universitarios.

 

En este ensayo reflexiona acerca de la necesidad del “replanteamiento de lo obvio”, que -por las profundas oscuridades en que se ha sumergido el hombre en nuestros días- es hoy la principal obligación de los hombres inteligentes (George Orwell).

 

Esas oscuridades llevan a muchos a vivir como si no existiesen unos principios morales básicos, comunes a todos, que constituyen la ley natural. Pero el corazón es insincero y puede no querer reconocerlos. Precisamente esa tendencia al autoengaño es una de las cuestiones en que Budziszewski ha centrado su investigación académica. Nos autoengañamos, y además resulta arduo vivir en coherencia con esos principios cuya existencia intuimos, porque aspirar a lo más alto requiere subir. Es más fácil dejarse caer, y el mundo complejo en que vivimos parece incitar a esa pendiente resbaladiza.  

 

 La abolición del hombre, de C.S. Lewis, es para el autor uno de los mejores tratados sobre la ley natural, “el mejor del siglo XX”, afirma. Esa ley, que llevamos inscrita en nuestro ser, es el fundamento del sentido común universal de los hombres. Cuando se pierde esa referencia común, se tambalea el edificio entero de la convivencia, pues una sociedad libre y pacífica sólo puede ser edificada sobre el cimiento de unos valores humanos compartidos. Debemos estar prevenidos frente a los sistemas políticos e ideologías que nieguen esa base fundamental.

 

En las democracias occidentales, la ley es dictada por la mayoría. Pero hay cosas que también están prohibidas para las mayorías. Que algo esté sustentado por una mayoría no puede ser el fundamento de que sea bueno o malo. Son esos preceptos morales comunes innatos los que determinan lo bueno o malo. Todos tienen capacidad de llegar a reconocer esos principios, que por otra parte han estado claros en la tradición durante siglos: es malo robar, mentir, herir, calumniar, traicionar,… Es bueno ser veraz, no faltar a la palabra, ayudar al que lo necesita, respetar la propiedad ajena, ser cordial y acogedor,…

 

La fe cristiana arroja luz sobre esas verdades, pero estaban ya previamente inscritas en el corazón del hombre. No es la fe su origen, forman parte de la esencia de nuestra naturaleza humana, aunque llegar a identificarlas como verdades morales puede ser una tarea difícil, si las circunstancias no ayudan.

 

Y ahí entra la crítica a nuestro sistema educativo, que parece orientado más a dificultar que a facilitar una visión nítida sobre esas realidades esenciales. Hay que leer mucho, y escuchar mucho a los que saben, para llegar a conocer y comprender en profundidad los mejores logros del pensamiento y de nuestra cultura, e identificar en ellos nuestras intuiciones morales. Y también hay que memorizar bien todo lo comprendido, para que esté pronto a servirnos ante los dilemas éticos diarios.

 

Pero los sistemas educativos actuales no facilitan precisamente esos hábitos necesarios para la conducta ética: leer, escuchar, memorizar. Tampoco ayuda la creciente dispersión mental, y consiguiente pérdida de capacidad reflexiva, que provocan los actuales sistemas de información y de entretenimiento, con unos contenidos tan electrizantes como esterilizadores de la capacidad discursiva y reflexiva.

 

 Comunismo y fascismo, por su parte, han utilizado la misma técnica para desvirtuar el sentido moral innato en la persona. Seleccionan un precepto moral, exageran su importancia, y lo usan como arma para arrasar otros deberes morales. Deformado un precepto, desvirtuado de su contenido real, todos los demás decaen, y con ellos decae la posibilidad de un orden social justo, un marco de libertad en el que se respete la dignidad de la persona, de cada persona.

   

El comunismo deforma, por ejemplo, el precepto moral de “dar de comer al hambriento”, y usa su visión deformada como excusa para justificar la destrucción de otros preceptos morales, como el respeto a la libertad y a la dignidad de cada persona individual, la libertad de pensamiento, de expresión o de asociación, o la misma libertad religiosa.

 

El fascismo, por su parte, suele usar como excusa el progreso de la propia nación, a costa de comportarse injustamente con todas los demás, que son también de algún modo nuestra familia. No puede haber progreso real en una nación que trata de levantarse despreciando a otras. Esa insolidaridad de raíz acaba por envenenar a la nación que se ha dejado inocular tal ideología.

 

Comunismo y fascismo evidencian que las mentiras requieren un mínimo de verdad para poder engañar. Como alguien dijo, es el homenaje que la mentira rinde a la verdad. De otra forma nadie caería en la trampa.

 


Dos apuntes más, al hilo de la lectura del libro:

 

Amar al prójimo, a quien ves, es el modo de ponerse en relación con Dios, a quien no ves.” Esa idea cristiana, como el cristianismo en su conjunto, ha actuado como el motor de civilización más poderoso de la historia. Y además, efectivamente, conduce a quien se decide a ponerla en práctica al bien supremo, que es la relación con Dios.

 

Y otra evidencia cristiana: Dios actúa como quiere y cuando quiere en cada persona: “Ninguna teoría científica ni opinión de teólogo podrá impedir a Dios –que es Amor, libertad y gracia, y todopoderoso- tocar el alma –de viviente a viviente- cuando así le place.” Es una realidad luminosa y esperanzadora. ¡Cuántos habrán experimentado en algún momento de su vida ese toque de la gracia que les mueve a conversión! ¡Y cuantos más lo habrán experimentado justamente en el trance final, en el momento de cruzar la puerta al nuevo mundo!


De lectura recomendable, porque ayuda a pensar sobre una guía práctica y fiable. Muy recomendables también estos consejos para no perder la fe en la universidad.


Para saber más sobre la ley natural es también interesante esta entrevista a la profesora Ana Marta González.

 

 

jueves, 24 de agosto de 2017

Luz del mundo: la Iglesia ante los retos de nuestra sociedad. Benedicto XVI




Luz del Mundo. Benedicto XVI. Peter Seewald. Ed. Herder



Joseph Ratzinger, como papa Benedicto XVI, responde en este libro a las preguntas que le formula el periodista alemán Peter Seewald, acerca de la situación del mundo y de la Iglesia, y los retos que debe afrontar la sociedad en los próximos decenios. 

Un libro que ilumina cuestiones que inquietan hoy a todos, como la estabilidad de los sistemas democráticos, las relaciones con el islam o los valores que deberíamos compartir. Anoto alguna de las ideas que me han parecido más importantes, aunque vale la pena leer el libro íntegro y con calma: forma la mente y enseña a razonar con rigor.


Presencia de Dios en el mundo

Vivimos en una década, afirma el Papa, decisiva para el futuro de la humanidad. ¿Cómo estamos preparando a la próxima generación para afrontar los problemas que le dejamos en herencia? La sociedad occidental corre  peligro de hundirse en el abismo si pierde de vista los valores sobre los que se ha fundado y han contribuido a su desarrollo. 

Si el cristianismo pierde su fuerza configuradora, ¿quién lo sustituirá? ¿Una sociedad civil arreligiosa, que no tolera la relación con Dios en su estructura? ¿Un ateísmo radical que combate los valores de la cultura judeo cristiana? ¿Hacia dónde se dirige una sociedad alejada de Dios?

El siglo XX nos ha mostrado qué se puede esperar del ser humano cuando no tiene a Dios presente. Los regímenes ateos de Oriente y Occidente llevaron al mundo a la ruina, en lo que alguien ha llamado un verdadero “réquiem satánico”: gulags, campos de concentración y exterminio, pueblos enteros arrasados…

Este es el reto: hacer presente a Dios, mostrarlo a las personas y decirles la verdad sobre los misterios de la creación, de la existencia humana y de nuestra esperanza, que va más allá de lo terreno.

La humanidad está ante una bifurcación: su destino se decide en la pregunta sobre Dios, si el Dios de Jesucristo está presente y es reconocido como tal, o si se le hace desaparecer. Todos los problemas que existen sólo se pueden resolver si se pone a Dios en el centro, si Dios resulta de nuevo visible al mundo.

Es urgente que la pregunta sobre Dios vuelva a colocarse en el centro. No un Dios cualquiera, sino un Dios que nos conoce, que nos habla y que nos incumbe. Y que después será nuestro Juez. Sin este referente, si se extiende el ateísmo, la libertad pierde sus parámetros: todo es posible y todo está permitido.

Por eso es misión de la Iglesia, de cada cristiano, que se vea de nuevo que Dios existe, que Dios nos incumbe y que Él nos responde. Y que si Dios desaparece, por muy ilustradas que sean todas las demás cosas, el hombre pierde su dignidad y su auténtica humanidad.


La cultura cristiana es la base del éxito y bienestar de Europa.

Ser cristiano es algo vivo y moderno, que configura y plasma mi modernidad. No es un estrato arcaico que retengo en paralelo a la modernidad. Se trata de una gran lucha espiritual para vivir y pensar el cristianismo de manera que asuma la modernidad correcta, y se aparte de las ideas contrarreligiosas.

¿Cómo es que cristianos creyentes no poseen la fuerza para hacer que su fe tenga mayor eficacia política? Sobre todo debemos intentar que los hombres no pierdan de vista a Dios. Y después, partiendo de la fuerza de su fe, puedan confrontarse con el secularismo y discernir los espíritus. Esa fe presente en el hombre como una fuerza interior debe llegar a ser poderosa en el campo público, plasmando el pensamiento público y no dejando que la sociedad caiga en el abismo.



                            


Verdad y valores: el hombre es capaz de encontrar la verdad

Se extiende una dictadura del relativismo,  que pretende que el yo y sus antojos sea la única medida. Es preciso tener la valentía de  decir que el hombre debe buscar la verdad, que es capaz de encontrar la verdad, que se nos muestra en esos valores constantes que han hecho grande a la humanidad.

Hay que tener la humildad de aceptar la verdad y dejarle constituirse en parámetro de nuestra vida. La verdad no se impone mediante la violencia, sino por su propio poder. Jesús atestigua ante Pilato que es la Verdad, no la impone, pero la hace visible.

La estadística (en sexualidad, por ejemplo) no puede ser el parámetro de la moral. Ya es bastante malo que la demoscopia sea el parámetro de las decisiones políticas, que se busque con avidez “¿dónde consigo más seguidores?” en lugar de preguntarse “¿qué es lo correcto?” El parámetro de lo verdadero y  lo correcto no son los resultados de las encuestas sobre cómo se vive.


La señal de la Cruz

¿Por qué el Estado se arroga el derecho a desterrar los símbolos religiosos? Si la cruz contuviese algo incomprensible o inadmisible se podría considerar. Pero el contenido de la cruz es que Dios mismo es un Dios sufriente, que nos quiere a través de su  sufrimiento, que nos ama. Es una afirmación que no agrede a nadie. 

Además, expresa una identidad cultural en la que se fundan nuestros países, que sigue configurando los valores positivos fundamentales de nuestra sociedad, en los que el egoísmo se acota y se hace posible una cultura de la humanidad. Esa expresión cultural que se da a sí misma una sociedad no puede ofender a nadie que no la comparta, y no debe ser desterrada.


Nueva intolerancia

Se extiende una nueva intolerancia, que quiere imponer a todos determinados parámetros de pensamiento. En nombre de una supuesta “tolerancia negativa” se quiere imponer que no haya cruces en los edificios públicos. Pero eso es suprimir la tolerancia, significa obligar a que la fe cristiana no pueda manifestarse de forma visible.

En nombre de la no discriminación se quiere obligar a la Iglesia a modificar su postura sobre la homosexualidad o la ordenación de mujeres, y eso es tratar de que renuncie a su propia identidad, obligando a adherirse a todo el mundo a un parámetro tiránico de una nueva religión abstracta negativa.

En nombre de la tolerancia se quiere eliminar la tolerancia: es una verdadera amenaza. A nadie se le obliga a ser cristiano, pero nadie debe ser obligado a vivir esa nueva religión como la única obligatoria para toda la humanidad (Der Spiegel ha llamado a esa pretensión “la cruzada de los ateos”).

Las ideologías que extienden esa nueva intolerancia caricaturizan al cristianismo, presentan la caricatura deformada como algo pasado y erróneo, y a continuación, en nombre de una aparente racionalidad, pretenden quitar al verdadero cristianismo hasta el espacio para respirar.

Pero la religión católica ha liberado una gran fuerza de bien a lo largo de la historia. Una fuerza encarnada en personas como Francisco de Asís, Vicente de Paul, o Teresa de Calcuta. Las nuevas ideologías, en cambio, han traído una crueldad y desprecio del hombre antes impensable, porque se tenía todavía presente el respeto a la persona como imagen de Dios. Sin ese respeto, el hombre se absolutiza y piensa que todo le está permitido.


Felicidad

El hombre aspira a una alegría infinita, quiere placer infinito, y lo busca en la droga y el sexo. Pero donde no hay Dios no se le concederá, no puede darse alegría infinita. Y el hombre crea por sí mismo falsos infinitos que no satisfacen. Como cristianos, es urgente que vivamos y manifestemos que la infinitud que el hombre necesita sólo puede provenir de Dios

Hemos de movilizar todas las fuerzas del alma y del bien para que contra esa acuñación falsa de felicidad se  levante la verdadera. Sólo así detendremos el circuito del mal y lo saltaremos.


                                  


Islam

El islam debe aclarar dos cosas en el diálogo público: las cuestiones relativas a su relación con la violencia y con la razón.

El ser humano está dotado de razón para acercarse a la verdad con su inteligencia, y está dotado también de libertad. Para acercar a alguien a la fe hace falta dialogar, expresar las propias ideas razonadamente, siempre con respeto a la libertad del otro,  sin recurrir a la violencia ni a las amenazas.

A los eruditos islámicos, incluso a los mejor dispuestos al entendimiento, les cuesta reconocer que la tolerancia comprende también el derecho a cambiar de religión. Dicen que quien llega a la verdad no puede retroceder.

Donde el islam domina, ve su identidad cultural y política como contraria al mundo occidental, y defensora de la religión frente al ateísmo y el secularismo. Esa conciencia de verdad tan estrecha se vuelve intolerancia, y hay lugares donde todavía el islamismo asocia la reivindicación de la verdad con la violencia.


Transformar el mal

Al mal no se le puede simplemente olvidar o apartar. Tiene que ser transformado desde dentro. Cristo asume el mal para transformarlo. Es lo que debemos hacer cada uno, con un espíritu de penitencia y compunción que nos lleve a: 1) reconocer el mal dentro de nosotros, 2) a pedir perdón, 3) a la conversión y a la lucha contra nosotros mismos, 4) a ser misericordiosos y perdonar y 5) a identificarnos con Jesucristo, que asume el mal de los demás para transformarlo desde dentro.


Fátima

Fátima es una ventana de esperanza que Dios abre cuando el hombre le cierra la puerta.


                               


La Iglesia

La Iglesia es el lugar de la ternura de Dios, que no nos deja solos. Por ejemplo, la alegría y el recogimiento de cada Jornada Mundial de la Juventud me llevan a decir que allí sucede algo que no lo hacemos nosotros mismos.

En este tiempo de escándalos se experimenta una doble conmoción: por la miseria de la Iglesia al ver cuánto fallan sus miembros en el seguimiento de Jesucristo. Y al mismo tiempo por comprobar que, a pesar de la debilidad de los hombres, Jesucristo despierta en ella a los santos y no la deja de su mano, Dios actúa a través de la Iglesia.

En el mundo occidental decrece el número de cristianos, pero sigue habiendo una identidad cultural determinada por el cristianismo. Hay ateos de raíz católica, o protestante, que viven arraigados en el cristianismo y sus valores.

Nos encaminamos hacia un cristianismo de decisión, que hay que vitalizar y ampliar: personas que vivan y confiesen de manera consciente su fe.

Necesitamos islas en las que la fe en Dios y la sencillez interior del cristianismo estén vivas e irradien. Oasis, arcas de Noé, en las que el hombre pueda refugiarse siempre de nuevo. La liturgia es un ámbito de refugio. Y también las diferentes comunidades eclesiales, las prácticas de piedad, las peregrinaciones… Son ámbitos en los que la Iglesia brinda defensas y refugios donde hacer visible la belleza del mundo y donde vivir sea posible.


Nuestra predicación se dirige sobre todo hacia la plasmación de un mundo mejor, pero en cambio apenas mencionamos el mundo realmente mejor: que existe el Juicio, la Gracia y la Eternidad. Hay que hacer examen y encontrar palabras nuevas para hacer asequible estas verdades al hombre de hoy.

De lo que se trata es del mandato del Padre: esto es lo decisivo. “Y Yo sé bien que este mandato suyo es vida eterna.” Para eso vino Jesús al mundo: para que lleguemos a ser capaces de Dios, y así podamos entrar en la vida auténtica, en la vida eterna. Él vino para comunicarnos la verdad, para que podamos tocar a Dios, para que nos esté abierta la puerta. Para que encontremos la vida real, la que ya no está sometida a la muerte.






martes, 8 de mayo de 2012

El valor de la ejemplaridad




Nos hizo disfrutar anoche en el club de Encuentro Javier Gomá, buen pensador y especialista en el valor de la ejemplaridad. Tema de rabiosa actualidad, e importante en sí mismo. 


Con el ejemplo de otros se nos revela el valor moral. Queramos o no, somos vía de acceso al valor moral para los demás. Todo ejemplo es público, aunque tenga lugar en el ámbito privado, y tiene consecuencias públicas. 

Ha hecho daño la confusión de términos entre vida privada moral y vida privada jurídica. Para que la sociedad funcione no basta con cumplir las leyes. Hay cosas que no son punibles, y que sin embargo hacen daño, como el mal ejemplo en la vida privada. 

El buen ejemplo de los demás nos genera cierta 'mala conciencia', que puede producir deseo de imitar, o resentimiento, si uno no está dispuesto a cambiar. La afirmación de que  'con mi vida privada hago lo que quiero'  en lo moral hace daño. 

Ahí queda, para la reflexión.


lunes, 19 de marzo de 2012

La nueva izquierda de Tony Blair




Tony Blair. La forja de un líder.
Philip Stephens. Ed Biografías vivas ABC




      Philip Stephens es historiador por Oxford y periodista, especializado en política internacional y británica. Decide escribir esta semblanza biográfica al comprobar en un viaje a USA el reconocimiento de los norteamericanos a Tony Blair por su apoyo incondicional tras los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001. Lo considera figura clave en la modernización de la izquierda británica, gracias a la cual bajo su mandato el partido laborista alcanzó uno de sus mejores momentos. 

    Se trata de un libro ampliamente documentado y con aportaciones de primera mano, tras conversaciones con Tony Blair y otros personajes de la política británica. Se adentra con rigor en el pensamiento político del personaje, y aporta un conocimiento práctico de los engranajes del gobierno y los partidos, así como detalles significativos de la historia reciente de Inglaterra y Occidente. 

       Algunos detalles que me han parecido significativos.

(Tony Blair) nunca puede pasar frente al espejo sin mirarse. Siempre ha sido consciente del efecto que produce en los demás. Es un actor, la fachada siempre está puesta.

 33: la pérdida de la madre dio al hijo (TB) la determinación para triunfar, y a la vez por esa época la fe cristiana se estaba convirtiendo en fuerza motivadora de su vida. Hubo como una fusión de convicción moral y ambición ardiente, que le pusieron en el camino del gobierno. Cree en Dios y ama a su familia. No es frecuente entre los políticos. Familia, religión y política son las tres cosas más importantes para él.

 36: la realización personal depende de la asociación con otros y de la confianza. Los individuos se forman por su relación con el resto de la comunidad en que han crecido. Por eso la familia es fundamental, porque pone los cimientos para unas redes más amplias de las q dependen las sociedades sólidas.

 38: para el público, cuando se hace referencia en el discurso al terreno religioso, la línea entre lo correcto y lo mojigato es peligrosamente fina. Y Blair a veces parecía cruzarla, lo que inquietaba a gente de su partido. Además, al defender la idea de la moral absoluta, desafiaba la ortodoxia predominante en la izquierda.

 39: el respeto a los homosexuales, a las madres solteras y a los que mantienen relaciones menos formales no tiene por qué poner al partido contra la familia convencional. ¿Por qué el voto laborista (socialista) tiene que significar un estilo de vida alternativo? La familia es el primer lugar donde las personas aprenden las normas de comportamiento social. Con la disciplina familiar se aprende la disciplina social y el sentido de responsabilidad.

 40: basó la política social laborista en el sentido común más que en la ideología. Atacó a los conservadores por estigmatizar a los padres solteros, pero declaró que los adultos no debían preferir que sus hijos mantuvieran una relación no estable. La familia sería tratada como una “unidad social estable esencial”. 

 40: utopía de la igualdad: ¿de riqueza, de oportunidades? (historia de las viviendas sociales con vistas a parque, pero las de atrás vistas a naves industriales: al final optaron por girar 90º y se quedaron todas sin vistas al parque: iguales en la miseria…)

 41: todos somos iguales a los ojos de Dios, tenemos derecho a ser tratados igualitariamente, sin tener en cuenta riqueza, raza, sexo, posición social. Pero eso no significa que seamos uniformes en posición o carácter. Todos debemos tener la oportunidad de realizarnos al máximo.

 45: los votantes no quieren sermones de sus políticos. La caricatura de político que más daño hace es la del predicador santurrón. Es peligroso que un político hable como teniendo a Dios de su parte, o reclamando el monopolio de la sabiduría moral.

 46: sólo los que están siempre en la oposición mantienen unas posiciones ideológicas estereotipadas en términos de división izquierda-derecha. Blair dice que tiene una fuerte colección de convicciones, pero no ideología; y no son estereotipadas.

 57: su padre procedía de la clase obrera, y sin embargo se hizo conservador. Y le explicaba la razón: “los laboristas nos frenan, no quieren que triunfemos, no quieren que prosperemos”. 

 68: los planes de impuestos de los laboristas enviaban el mensaje de que seguirían castigando a quienes hubieran ascendido con éxito en la escala de la prosperidad.

 71: para Blair, el principio rector de un partido moderno de centro izquierda es que las personas prosperan en comunidades sólidas. El Estado podía y debía ser amigo del individuo, una fuente de seguridad en un mundo que cambia rápidamente. Pero el partido laborista (pensaba) había confundido el concepto de comunidad con la idea de un estado centralizado fuerte: un gran gobierno por sí mismo, olvidando al individuo, con una política de impuestos opresiva que apenas deja espacios de libertad.

 74: en 1993 Inglaterra estaba conmocionada por un trágico suceso: el cruel asesinato de un niño de 2 años por dos adolescentes. Hasta ese momento el mensaje laborista hubiera sido achacar la tragedia a la desigualdad, el desempleo y los recortes en el estado de bienestar. Blair afirmó que había que comprometerse en reducir la privación social en que prospera la delincuencia, pero también que los políticos debían perder el miedo a hablar de los valores y los principios en que creemos. Dijo que la sociedad había perdido la brújula ética, que la tolerancia había dado paso al abuso de la libertad, y que había llegado el momento de prescindir del relativismo moral y retomar la distinción fundamental entre lo bueno y lo malo. No podemos existir en el vacío moral. Y declaró que los socialistas serían severos con el delito y con las causas del delito.

 92: la política del estado de bienestar del New Labour sería buscar trabajo a las personas, no mantenerlas sin trabajar. ¿Qué más da que una empresa sea de propiedad pública o privada si se cumple el objetivo de una sociedad más cohesionada? Hay que acabar con los falsos dilemas de los viejos límites entre izquierda y derecha.

93: es absurdo ver la empresa y la justicia social como si estuvieran en oposición. Para redistribuir riqueza lo 1º es tener capacidad de crearla. Lo 1º que se debe plantear un partido es cómo crear riqueza.

134: distanciado de la vieja división ideológica entre izquierda y derecha.

139: el € nace en enero de 1999.

146: Irak: Blair concebía la nueva estrategia militar de GB como una fuerza a favor del bien en el mundo. Había un impulso moral en su decisión de entrar en guerra. Consideraba que GB no podía esperar a que estallaran las crisis, sino que debía actuar anticipadamente, en lo que luego se llamó intervención preventiva militar en el extranjero.

297: agosto 2003: disensión entre los diputaos laboristas por la legislación sobre hospitales-fundación y tasas a los estudiantes universitarios. En opinión de Blair, la oferta monolítica de servicios había sido una excusa para la mediocridad, y para una actitud hacia los servicios públicos que hacía prevalecer los intereses del productor sobre los intereses del ciudadano. Los detractores decían que igualdad requería uniformidad. Pero era absurdo argumentar que todos los hospitales, universidades y escuelas debían ser iguales en todos los aspectos.

300: aportar a la era del consumidor egoísta el valor de la solidaridad.


 JA, 19-3-2012